Se sumerge en las aguas negras: Uno de los trabajos más peligrosos en México

Desde 1983, Julio César Cu Cámara, trabaja en el Sistema de Aguas de la Ciudad de México como buzo industrial.
Si bien es el único que actualmente tiene esta dependencia para realizar un trabajo que puede ser catalogado como extremo, dentro de su equipo hay jóvenes que se preparan para asumir la responsabilidad cuando él decida retirarse.
35 años lleva Julio César Cu como buzo industrial del Sistema de Aguas capitalino
Cu Cámara es el encargado de sumergirse en las aguas de negras de la capital para retirar los objetos que obstruyen el paso del líquido en el drenaje profundo.
Casado y padre de dos hijos adultos, sabe del peligro de su profesión, aún así, asegura amar lo que hace. Cuenta que en las entrañas de esta urbe ha encontrado partes de automóviles, muebles e incluso cuerpos.
Su inmersión siempre es monitoreada, para evitar cualquier contratiempo y la comunicación con el grupo de ingenieros que lo acompaña, es permanente.
Esta profesión es muy peligrosa debido a las aguas negras, los gases que se generan y todo lo que nos encontramos en el fondo de las aguas. Mi labor es de inspección, de rescate de materiales, realizar alguna reparación o limpiar las bombas con las que se trabaja en el Sistema de Aguas de la Ciudad de México.”
Cu Cámara habla sobre el miedo. “En el momento en el que yo tocó el agua me tengo que tranquilizar, porque como es un trabajo peligroso siempre debo estar tranquilo”, dijo.
Julio César comentó a Excélsior que hace 24 años uno de sus compañeros murió; desde entonces, sólo él lleva a cabo esta actividad.
Parte de nuestra labor es retirar la basura de las compuertas y eso es lo que hizo: jaló un tronco que destapó la presa y eso desgraciadamente lo mató”, detalló.
Julián Zarco, jefe de la oficina de Drenaje Profundo habla sobre el equipo que utiliza Julio César.
Es una escafandra, sus tanques de respiración y aparte él trae una consola en la que él lleva el control y el monitoreo de lo que está respirando. Nosotros lo estamos monitoreando desde arriba. La consola es su corazón. Desde ella se le regula el aire que le llega a través de una especie de cordón umbilical”, explicó.
A la familia de Julio César no le gusta su trabajo, pero sabe que él siempre lo realiza con la máxima seguridad.