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De acuerdo con Angelique Humbert hoy en día las empresas necesitan jóvenes que se integren a ellas para brindar grandes aportes y que complementen los equipos laborales, llevando nuevos conocimientos, ideas innovadoras y siendo más creativos en la manera de ver las cosas. Pues se ha observado que los jóvenes ejecutan y llevan a cabo sus actividades desde otra perspectiva, con mentalidades más frescas y generando los cambios que muchas veces como empresa no tenía conocimiento de esta necesidad.

 

Los jóvenes serán los sucesores de los negocios y las empresas, por esto la importancia de darles nuevas oportunidades en el mercado de aprender, crecer e iniciar su vida profesional, pues la experiencia se hace y si no generamos estos espacios y posiciones en donde puedan integrarse a construirla, estaremos poniendo en riesgo el futuro de nuestro país.

 

Algunos ventajas y beneficios de tener jóvenes dentro de las empresas hoy en día, se enlistan a continuación:

• Vienen con conocimientos y aptitudes de la era digital, listos para cambiar y automatizar procesos, reduciendo costos.
• Su forma de ver los problemas es de una manera genuina, pues todavía no tienen la experiencia para crear vicios y barreras, lo que permite que tengan buenas ideas para la resolución de los mismos.
• Tienen una gran capacidad de aprendizaje y adaptabilidad.
• Llegan con entusiasmo, con ganas de trabajar, aprender y aportar nuevas ideas, generando que el clima organizacional de la empresa sea más optimo y de mejor calidad para los colaboradores (Humbert, 2017; CANIETI, 2014).

 

Un estudio realizado por la UVM, confirmó que únicamente el 26% de los jóvenes consigue su primer empleo mientras estudia la universidad, 38% en menos de seis meses, 45% consideraron que obtenerlo fue difícil o muy difícil. Nos toca a nosotros las empresas cambiar estos números, pues en nuestras manos está el futuro de los negocios, el futuro de la economía y el futuro de estos jóvenes.

 

 

“Un buen becario o practicante, puede llegar a ser tu próximo directivo”             (CANIETI, 2014).